“Una mujer sin amigas es como un barco a la deriva,
una mujer sin marido sigue siendo una mujer”
Al leer esta frase pensaba: las mujeres podemos perder el amor de un hombre y –a pesar de todo- sobrevivir, pero sin amigas… de hecho que no podemos hacerlo. Meditaba sobre la importancia de tener amigas, y sobretodo en la necesidad que adquirimos las mujeres a lo largo de los años, en tener y conservar a nuestras amigas.
Hice un breve repaso de las ‘amigas’ de mi vida, las pocas que recuerdo cuando pequeña, las que aparecieron luego en la época del colegio, las amigas de la secundaria, las del instituto, las de… uff, realmente he tenido amigas de todo tipo y en todo momento. De algunas ya no sé nada, a otras las recuerdo con un cariño especial, de otras agradezco que desaparecieran de mi vida, otras las mantengo desde hace mucho y espero conservarlas por siempre, y supongo que hay algunas de las que ni recuerdo el nombre, aunque si tuviera que hacer una lista creo que no llegaría a terminarla, son demasiados nombres.
Y es que en la vida –aunque parezca raro- las mujeres no podemos vivir sin esa compañía femenina que a veces nos entiende y otras no, pero que igual cumplen un rol valioso en nuestras vidas, aquellas personitas tan especiales a las que llamamos ‘amigas’.
Aquella –o aquellas- mujeres que hacen nuestro día a día mucho más llevadero, aquella persona que sin quererlo muchas veces es, además de tu amiga, tu hermana, tu cómplice, tu consuelo, tu compinche, tu enemiga (a veces), tu soporte, tu rival, tu confidente, tu paño de lágrimas, y muchos etc’s más.
Gracias a mis amigas, las que tengo, las que tuve, las que tendré, a las que no veo seguido, a las que veo a cada rato, a las que veré cuando regresen de viaje, a las que olvido llamar, a las que me escriben mails, me mandan mensajes o me llaman simplemente para saber que están allí. Gracias porque sin las amigas una no podría vivir. No tendríamos con quien reír o con quien llorar, a quien criticar o a quien abrazar, la vida no sería igual sin las amigas, sin mis amigas.
Porque cada cosa que nos pasa en la vida vale la pena vivirla si tenemos a nuestro lado a una buena amiga… y esa amiga muchas veces eres tú!